miércoles, 13 de junio de 2012

Lo reconozco...

... en mi oficina me he convertido en una fuente de energía negativa.

O al menos esa es la sensación que tengo yo desde hace unos meses, ya que mis reacciones son siempre ver el lado malo de las cosas, cuando hace unos meses era ver siempre lo bueno.

Cierto es que las circunstancias no ayudan (toma excusa tranquilizadora), los recortes, la crisis y demás historias no permiten que trabaje en proyectos que me llenen profesionalmente todo lo que me gustaría, ojalá que las cosas fueran diferentes, pero... ahora que me he dado cuenta (ya lo sabía, pero tengo un insight) yo no puedo cambiar el entorno.

Está claro que no decido la estrategia, ni qué proyectos se hacen, ni busco clientes, ni hago cambios en la organización de la empresa. No puedo cambiar a mis jefes ni compañeros, ni tampoco tengo acceso a la dirección para convencerles de que hay otros caminos... tengo las manos atadas (desde el punto de vista tradicional, claro).

Pues ya que no puedo cambiar el entorno, ¿qué tal si cambio yo?, por que está claro que lo que hago no me lleva hacia donde quiero pero, ahora que caigo, y si actúo de manera ligeramente distinta ¿no se le pegará un poco a mis compañeros de trabajo?. ¿Y si en vez de mostrar mi lado negativo, muestro siempre el positivo?

Voy a probarlo ¿quién se apunta?

NOTA: Si no obtienes los resultados que quieres, y no sabes qué puedes cambiar para conseguirlos, ¿por qué no me llamas? www.coachingparatriunfadores.com

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