He estado varias semanas de vacaciones y aunque no he escrito en el blog, he tenido tiempo de meditar sobre varios temas que voy a tratar en futuras entradas.
Llevo un tiempo oyendo hablar de la crisis, primero financiera, después de confianza, luego laboral y ahora de valores. Los apellidos van cambiando con los acontecimientos, aunque todos coinciden en una cosa clara... la crisis está ahí.
Pero yo me pregunto.... ¿Para qué sirve una crisis? Tal vez preguntándonos esto y dejando de lado indagar tanto en los porqués que están anclados en el pasado seamos capaces de encontrar soluciones a los problemas que han surgido, o mejor dicho, encontremos y llevemos a cabo acciones que nos permitan aprovechar las oportunidades que se están abriendo.
Una crisis, en mi opinión, es algo que sirve para separar el grano de la paja, cuando todo va bien, es fácil crear empresas, ascender, encontrar trabajo, pedir (y otorgar) créditos... pero cuando las cosas no son tan favorables es cuando empresas, trabajadores, autónomos y sociedad en general tienen la oportunidad de aplicar soluciones creativas que sirvan para establecer nuevos marcos productivos y relacionales adaptados a los nuevos tiempos, los que sean capaces de diseñarlos (o copiarlos), aplicarlos y adaptarlos a los acontecimientos presentes tendrán éxito, los que se dediquen a buscar soluciones a problemas pasados perderán el tiempo y el dinero.
¿que papel juega el coaching en todo esto?
Ahí es donde el coaching gana en importancia, mientras otras disciplinas basan sus respuestas y soluciones en la experiencia acumulada y en los resultados obtenidos al aplicarlas en problemas pasados, el coaching facilita descubrir el entorno presente y provee al coachee (persona que quiere resolver problemas o mejorar en su vida personal o profesional) de herramientas para encontrar soluciones adaptadas a cada momento.
Desde mi punto de vista, sea cual sea la naturaleza de la crisis (de la que hablaré en mi siguiente entrada) una proceso eficaz para salir de ella es aceptándola, indagando sobre sus consecuencias, estableciendo objetivos (como nos gustaría que fueran las cosas) y actuando en consecuencia para conseguirlos. Conviene recordar que el fracaso no es más que una oportunidad para aplicar distintas soluciones y que la mejor forma para alcanzar el éxito es perseguirlo, con estos conceptos claros y con perseverancia ... Impossible is Nothing
