Como amante de la naturaleza y aficionado al mundo del bonsái, siento interés por los árboles y en especial los de hoja caduca.
Considero la primavera como el comienzo del ciclo vital, durante esta parte del año las semillas germinan, los árboles brotan y crecen. Es un momento de aprendizaje y expansión, la energía esta totalmente enfocada al crecimiento.
Con el verano este crecimiento se detiene, y gracias a las hojas de primavera el árbol se alimenta y engorda sus frutos, se dedica a vivir y disfrutar del sol y del calor.
El otoño representa el reciclaje, los árboles abandonan todo aquello que no les será útil en el futuro. Las cansadas y ya antiguas hojas que brotaron meses atrás caen, los árboles se desnudan, se reciclan y se preparan para descansar.
Y por último el invierno, etapa tan importante como cualquiera de las demás. Durante esos meses el árbol se consolida, sus ramas se endurecen y se vuelven más rígidas, aquellas que sobrevivieron a los ciclos anteriores pasan a formar parte de la estructura, aquellas que no tuvieron éxito simplemente se secan y dejan sitio para nuevos brotes. El árbol descansa hasta la próxima primavera cerrando y equilibrando el ciclo.
Si un árbol de hoja caduca estuviera siempre en la fase de crecimiento, sus ramas serían largas y débiles, no tendría tiempo de comer se agotaría y moriría.
Si estuviera siempre alimentándose engordaría hasta que sus ramas se rompieran por el peso ya que no ha tenido tiempo de consolidar. Sería atacado por enfermedades y parásitos, y tarde o temprano moriría.
Si conservase las hojas viejas, lo que ya no necesita, nada llegaría a su interior, quedaría oculto de la luz del sol, y moriría.
Y si no descansase o se tomase un tiempo para consolidar y fortalecer su interior, se rompería por el peso de la nieve, se resquebrajaría por el viento, y moriría.
La vida tiene ciclos, ¿de qué sirve vivir sólo en una fase? ¿que sentido tiene despreciar las demás?.
Si me dedico sólo a crecer, estudiar y trabajar día y noche, acabaré agotado. Si sólo, vivo, disfruto, como y engordo, terminaré enfermo. Si no reciclo, no cambio ni me despojo de capas inservibles, terminaré aislado y a oscuras. Si no me tomo un tiempo para consolidar mi vida, no tendré una base fuerte sobre la que construir mi futuro y alcanzar el éxito.
El equilibrio es posible si crezco, vivo, reciclo y consolido.
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