miércoles, 25 de abril de 2012

El placer de pagar

¡Este se ha vuelto loco! es lo que exclamarían muchos al leer el título de este post. La verdad es que llevo tiempo queriendo escribirlo porque cada día me siento más a gusto pagando por lo que recibo.

Pero... ¿cómo es eso?, pues muy sencillo. Pagar por un producto o servicio recibido conlleva dos actos placenteros en si. El primero y más obvio reside en el reconocimiento. Cuando se salda una cuenta se crea riqueza, se apoya un modelo de negocio, se colabora para pagar el sueldo de una o varias familias y se valora el trabajo realizado por una persona u organización. ¿hay algo mejor en tiempos de crisis?.

Pues para mí sí, y es el hecho de pagar porque se puede (ahora si que estoy perdido, dirían otros). Si pagas es porque tienes dinero para ello, porque te lo has ganado, has recibido un dinero a cambio de un servicio o trabajo realizado y se te reconoció por ello, y ahora gracias a tu esfuerzo no sólo satisfaces tus necesidades adquiriendo algo, sino que puedes ayudar a generar valor.

Es decir lo bonito de pagar lo resumo en que gracias a mi esfuerzo se me valora mi trabajo y además de recibir algo a cambio en forma de bien o servicio, esto ayuda a crear valor para otros y bienestar para sus familias. ¿estoy equivocado?

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